Entrevista a Iñaki Arana, Director de la Fundación Navarra para la Excelencia y miembro de la Asociación de Centros de Excelencia (CEX)
1 C.A.C. Parece que según muchos indicadores la economía ha tocado fondo y podríamos empezar una senda de crecimiento. En estas circunstancias ¿Cuáles serán los principales retos de gestión de las organizaciones?
Yo diría que el primer reto de las organizaciones, de la sociedad y de nosotros mismos como individuos es el aprendizaje. Ojalá dentro de muy poco recordemos esta crisis como un mal sueño. Pero ojalá, sobretodo, recordemos las lecciones que hemos tenido que aprender, las tengamos presentes y las apliquemos a rajatabla.
Hace un tiempo leí un libro. Su título: “Solo los paranoides sobreviven”. Gestionar con cierta paranoia de crisis, aunque no la haya, creo que no vendría mal.
2 C.A.C. ¿Cuáles son las principales líneas de trabajo de tu organización?
Fundamentalmente concienciar a todo tipo de organizaciones de que la excelencia no es una opción, es una obligación; de que ya no sirve de nada elaborar un producto o servicio de calidad: todos lo hacen. Ahora, tal y como está el panorama, no queda más remedio que ser el mejor, que ser excelente no sólo en términos autonómicos o nacionales sino internacionales. Es cuestión de pura supervivencia.
Este objetivo además nos lo planteamos como región, de forma colectiva y totalmente intersectorial. Queremos vender Navarra como región excelente, en el ámbito empresarial, en el ámbito educativo, en el ámbito de lo público, de lo social, de lo cultural… Y no por un prurito marketiniano sino por pura necesidad, por obligación.
3 C.A.C. ¿Cómo valoras el trabajo de la Asociación CEX?
Fundamental. Un principio básico de la excelencia es el compartir. Nadie es excelente por sí solo: necesita a los demás. Todo lo que hace cada asociación autonómica individualmente y lo que hacen los CEX colectivamente no hace más que impactar y reforzar la posición y la acción del resto de las asociaciones. No sólo nos interesa lo que hacen otras organizaciones y asociaciones similares a la nuestra, es crítico e imprescindible para la propia acción de la Fundación Navarra para la Excelencia.
Particularmente, el Club Asturiano de Calidad es una especial referencia para nosotros. Aunque estemos algo alejados, nos parecemos mucho: comunidades uniregionales, similar peso industrial, etc., etc. Los éxitos y proyectos del Club, que no son pocos, los miramos con envidia sana y mucha satisfacción.