Casi 50 comités técnicos de la Asociación Española de Normalización han participado en la elaboración del informe.
Los estándares recogidos incluyen requisitos para el uso de los residuos en los procesos de producción, metodologías para determinar las sustancias peligrosas que puedan dificultar la implementación de medidas circulares o para evaluar la durabilidad, reparabilidad, reciclabilidad o biodegradabilidad de multitud de productos, entre otros muchos aspectos.
La Asociación Española de Normalización, UNE, ha publicado el informe Estudio de la contribución de las normas técnicas a la economía circular, con el fin de visibilizar la contribución que los estándares tienen para reducir el procesamiento de nuevos recursos y la generación de residuos. El informe, que abarca numerosos sectores (industria, turismo, moda, salud o inmobiliario, entre otros), va dirigido tanto a empresas como a reguladores que buscan referencias para determinar la economía circular en el mercado. El estudio identifica casi 50 comités UNE que elaboran normas que impulsan la economía circular.
El estudio recoge una muestra de normas que tienen conexión con la economía circular, si bien existen sectores adicionales que también desarrollan normas en este ámbito. El objetivo del documento es destacar el papel de las normas UNE como elementos facilitadores para la transición a la economía circular a empresas y entidades de distinta naturaleza.
Los estándares recogidos buscan, entre otros objetivos, identificar los requisitos para que los residuos puedan ser reutilizados en los procesos de producción, evaluar la durabilidad y la reciclabilidad de los mismos o determinar las sustancias peligrosas que puedan dificultar la implementación de medidas circulares. Asimismo, establecen un marco de actuación común para definir los principios y las técnicas aplicables en economía circular y evitar el greenwashing. Según un informe de la Comisión Europea publicado el año pasado, el 42% de las empresas de la UE que se anuncian en internet con publicidad sostenible caen en esta mala práctica.
“La relevancia de la economía circular queda patente en los ámbitos reglamentarios a nivel europeo, nacional y local. El papel destacado que le atribuye el Pacto Verde Europeo, la adopción de la Estrategia Española de Economía Circular o la publicación de paquetes de medidas a nivel autonómico son prueba de ello. Las normas técnicas, basadas en el consenso y las mejores prácticas, proporcionan herramientas fiables para facilitar la implementación y la validación de las medidas que exige este modelo”, destaca Iván Moya, responsable de Transición Ecológica de UNE.
Actualmente UNE, en colaboración con los organismos internacionales de normalización, está trabajando en estándares globales dirigidos a establecer modelos de negocios circulares y a medir su circularidad en diferentes niveles –producto, servicio y actividad de la organización–.